Mantener una dieta equilibrada ayuda a tener una microbiota o flora intestinal sana. Para esto se requiere alimentar a los probióticos con los componentes que contienen ciertos alimentos. Estos son:
Fibra: Contiene prebióticos, mismos que alimentan a los probióticos, de este modo se mantiene la barrera intestinal y su función inmunológica. Presente en lechuga, espárragos, champiñones, papas, brócoli, remolachas, entre otros.
Micronutrientes: vitaminas B, K, D y minerales como el Hierro y el Zinc impactan en la salud y proliferación de los microorganismos. Encuéntralos en frutas, vegetales, hortalizas, trigo y frutos secos.
Polifenoles: algunos tienen una actividad prebiótica para alimentar a los prebióticos y ayudarles a proliferar. Se encuentran en frutas, vegetales, verduras, hierbas y cacao.
Ácidos grasos esenciales:
Omega-3, su aceite se encuentra en pescados grasos como el salmón, atún, sardinas o frutos secos, ayuda al aumento de bacterias buenas.
Es importante que se evite el consumo de grasas, sal y azúcar, estos productos logran el efecto contrario, la disminución de probióticos, desequilibrando la microbiota.
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